Durante demasiado tiempo, las campañas de marketing digital han adoptado métricas tradicionales para definir el éxito y comprender el comportamiento de los clientes potenciales.
En el mundo digital actual no es sensato que las empresas se basen únicamente en información como la edad, la etnia y la geografía. Estos factores no influyen en los hábitos de compra como lo hacían tradicionalmente.
Es hora de revolucionar la forma de segmentar a nuestras audiencias. La investigación de Smartbound ha descubierto que cada generación ha sido reprogramada fundamentalmente por Internet para comportarse de la misma manera, y esas similitudes se han incorporado a sus clientes potenciales con 20 años de exposición a la web.
Ya no somos cuatro generaciones separadas, sino una generación impulsada por la tecnología y definida por los dispositivos: La Generación del Impulso.
La Generación del Impulso:
A medida que el mundo sigue digitalizándose y nuestra tecnología avanza, la brecha entre generaciones es cada vez más pequeña. El marketing se centraba en dónde se encontraba la audiencia objetivo y cuándo, pero con la Generación del Impulso sabemos que… todos están en Internet.
Sólo en los últimos 3 años el uso «constante» de Internet entre los adultos ha aumentado un 5%. La conexión constante a Internet está ahora muy arraigada en todos nosotros, no sólo en la generación millennial. Tanto si tienes 18 como 78 años, ahora tenemos una capacidad de atención más corta, mayores expectativas y una demanda de consumo rápido.
Redefiniendo tu segmentación
Modernizar tu enfoque para aprovechar estas similitudes será una ventaja para ti. Comienza por comprender cómo se comporta esta generación en Internet y cómo se puede aprovechar este comportamiento para lograr una segmentación, un compromiso y unas ventas más eficaces.
Las herramientas que hemos estado utilizando han sobresaturado el sector y es hora de volver a centrarnos en las personas. La pregunta candente es: ¿Cómo equilibrar el lado humano del marketing digital con los fríos datos?.
No cabe duda de que los KPI son valiosos a la hora de medir el progreso y el rendimiento, pero no deben utilizarse como único indicador del éxito. Al centrarnos tanto en la medición de números y datos, hemos perdido de vista la raíz del marketing: generar conexiones significativas con los consumidores.
La clave para diseñar una estrategia de marketing y una segmentación óptimas es alinear la importancia sostenida de la marca y la creatividad en una época en la que los datos y la analítica lo superan todo. Si se evalúa adecuadamente el comportamiento, se implementa la gestión del cambio y uno se centra en un gran contenido y creatividad, se lograrán resultados de marketing exitosos.
Los vendedores ganadores aprovechan esto para dirigirse mejor, comprometerse y fomentar relaciones duraderas mientras maximizan cada euro invertido en marketing.
Aprovechar la generación del impulso
Los datos son esenciales, pero nunca sustituirán a las emociones. Con el marketing digital, es más fácil que nunca hacer un seguimiento de las ventas y las conversiones, pero hay que tener en cuenta los factores adicionales que afectan al comportamiento de los clientes.
Comprender realmente a tu audiencia objetivo requiere algo más que un mero volcado de datos, ya que si bien contar con las herramientas adecuadas es beneficioso, se necesita una conexión humana que las impulse. La construcción de esa conexión comienza con la segmentación de la audiencia objetivo y las personas adecuadas, los datos cuantitativos y cualitativos y los canales de compromiso eficaces.
Aquí es donde el marketing seguirá prevaleciendo, al construir la lealtad a la marca a través de campañas creativas que inspiren emociones y generen confianza.
Una estrategia de marketing digital de éxito debe tener un equilibrio entre las relaciones, los datos y el marketing tradicional. Este equilibrio es lo que da a tu marca una ventaja competitiva dentro de tu nicho.